sabato 13 ottobre 2007
LAS HISTORÍAS de siempre... siempre
Corrientes 348
segundo piso, ascensor.
No hay porteros ni vecinos.
Adentro, cocktail y amor.
Pisito que puso Maple:
piano, estera y velador,
un telefón que contesta,
una victrola que llora
viejos tangos de mi flor
y un gato de porcelana
pa' que no maulle al amor.
Y todo a media luz,
que es un brujo el amor,
a media luz los besos,
a media luz los dos.
Y todo a media luz
crepúsculo interior.
¡Qué suave terciopelo
la media luz de amor!
Juncal 12, 24
Telefoneá sin temor.
De tarde, té con masitas;
de noche, tango y cantar.
Los domingos, tés danzantes;
los lunes, desolación,
Hay de todo en la casita:
almohadones y divanes;
come en botica, cocó;
alfombras que no hacen ruido
y mesa puesta al amor.
segundo piso, ascensor.
No hay porteros ni vecinos.
Adentro, cocktail y amor.
Pisito que puso Maple:
piano, estera y velador,
un telefón que contesta,
una victrola que llora
viejos tangos de mi flor
y un gato de porcelana
pa' que no maulle al amor.
Y todo a media luz,
que es un brujo el amor,
a media luz los besos,
a media luz los dos.
Y todo a media luz
crepúsculo interior.
¡Qué suave terciopelo
la media luz de amor!
Juncal 12, 24
Telefoneá sin temor.
De tarde, té con masitas;
de noche, tango y cantar.
Los domingos, tés danzantes;
los lunes, desolación,
Hay de todo en la casita:
almohadones y divanes;
come en botica, cocó;
alfombras que no hacen ruido
y mesa puesta al amor.
sabato 6 ottobre 2007
FINALE
Desde ese edificio tan alto. Estaba todo bien, te asomaste al balcón que raramente no tenia rejas. No había nada. El morbo me llama. Me da curiosidad el conocer la sensación de saltar por un puente. El matar a las personas. Llenarlas de plomo hasta deformarles el cuerpo, de rojo, hasta que sus intestinos y cartílagos estallen; hasta que se desparrame la masa encefálica por el piso. Matar a niños, mujeres, madres, madres con sus hijos en brazos, dispararles a ellas en su cabeza hasta que arrojen a su bebe al piso, y estallen contra el suelo.
Ver morir a otros no es nada fácil. En especial si es un ser querido. Pero la verdad es que no somos mas que parásitos. No me tendría que importar; pero como no soy un psicópata, me suele sensibilizar el dolor ajeno. Yo vi a mi padre levantarse, después de tener una charla sobre el clima, estaba con un jaén azul y una camisa verde de mangas cortas; se acerca al balcón sin rejas hasta la punta, yo tenia miedo por él, de que se caiga, por que estábamos en el piso 14, pero pensé que mi padre siempre solía comportarse como un verdadero imbécil y ponía su vida en peligro, porque el tenia siempre la sensación que no le iba a pasar nada. El estaba mirando el suelo, y salta. Salta con los brazos extendidos hacia arriba. No fue un gran salto. Fue a penas un paso hacia adelante. Lo veo desaparecer de una manera impactante, porque se va para abajo. Se deshace en el suelo. Me impacta totalmente su accionar. No puedo evitar preguntarme porque¿?, y a la vez me pone endiabladamente triste. La tragedia es impresionante. Solo se oye silencio, y a pesar que todavía no tocó el suelo, ya está acabado. No tiene futuro. Que piensa en sus últimos segundos de vida. Me pregunto si se arrepiente. Si piensa en mi. Y porque se arrojo. Pienso que yo no tendría el coraje de hacerlo, y si lo hiciera, porque en verdad no es una gran acción... es solo dar un paso... un paso como cualquier paso que se da en la vida, lo mismo que arrojar un banquito y morir ahoracado, lo mismo que tomar una pastilla, lo mismo que mover el dedo índice y apretar el maldito gatillo. Son todos movimientos normales. Los hacemos todo el tiempo. Pero sabemos que ese va a ser el ultimo, y creo que la manera de poder hacerlo es simplemente, en ese instante, pensar que es un paso normal, que luego no pasará nada. Todo seguirá igual. O si se está teniendo una vida cargada de dolor, y tenemos ganas de dormir el sueño eterno, por el cansancio que nos agobia, pensaremos que es la anestesia final, la pastilla para dormir; después de eso, ya está.
Luego del minuto de silencio escucho el tremendo impacto contra el piso de un cuerpo que se deshace en sangre. Un par de bosinasos. Un poco de quilombo en el transito. Y no puedo dejar de imaginar a mi viejo ahí tirado, ya todo desformado, irreconocible seguramente, con toda su ropa de color rojo, la misma ropa con que lo vi millares de veces. Ya no existe mas. Tengo ganas de asomarme por el balcón para verlo, pero me da vértigo.
Ver morir a otros no es nada fácil. En especial si es un ser querido. Pero la verdad es que no somos mas que parásitos. No me tendría que importar; pero como no soy un psicópata, me suele sensibilizar el dolor ajeno. Yo vi a mi padre levantarse, después de tener una charla sobre el clima, estaba con un jaén azul y una camisa verde de mangas cortas; se acerca al balcón sin rejas hasta la punta, yo tenia miedo por él, de que se caiga, por que estábamos en el piso 14, pero pensé que mi padre siempre solía comportarse como un verdadero imbécil y ponía su vida en peligro, porque el tenia siempre la sensación que no le iba a pasar nada. El estaba mirando el suelo, y salta. Salta con los brazos extendidos hacia arriba. No fue un gran salto. Fue a penas un paso hacia adelante. Lo veo desaparecer de una manera impactante, porque se va para abajo. Se deshace en el suelo. Me impacta totalmente su accionar. No puedo evitar preguntarme porque¿?, y a la vez me pone endiabladamente triste. La tragedia es impresionante. Solo se oye silencio, y a pesar que todavía no tocó el suelo, ya está acabado. No tiene futuro. Que piensa en sus últimos segundos de vida. Me pregunto si se arrepiente. Si piensa en mi. Y porque se arrojo. Pienso que yo no tendría el coraje de hacerlo, y si lo hiciera, porque en verdad no es una gran acción... es solo dar un paso... un paso como cualquier paso que se da en la vida, lo mismo que arrojar un banquito y morir ahoracado, lo mismo que tomar una pastilla, lo mismo que mover el dedo índice y apretar el maldito gatillo. Son todos movimientos normales. Los hacemos todo el tiempo. Pero sabemos que ese va a ser el ultimo, y creo que la manera de poder hacerlo es simplemente, en ese instante, pensar que es un paso normal, que luego no pasará nada. Todo seguirá igual. O si se está teniendo una vida cargada de dolor, y tenemos ganas de dormir el sueño eterno, por el cansancio que nos agobia, pensaremos que es la anestesia final, la pastilla para dormir; después de eso, ya está.
Luego del minuto de silencio escucho el tremendo impacto contra el piso de un cuerpo que se deshace en sangre. Un par de bosinasos. Un poco de quilombo en el transito. Y no puedo dejar de imaginar a mi viejo ahí tirado, ya todo desformado, irreconocible seguramente, con toda su ropa de color rojo, la misma ropa con que lo vi millares de veces. Ya no existe mas. Tengo ganas de asomarme por el balcón para verlo, pero me da vértigo.
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