mercoledì 14 novembre 2007

La Camarera



Desidido a llamar su atención, esta vez llevaba la luna. Como todas las noches, ella salió del bar terminandose de poner el abrigo. Con una profunda naturalidad ensayada previamente, la esperé silvando un tanguito. Ella cruzó la calle. Yo, detuve el silvido con una gran elegancia, y ella se detuvo frente a mi. Con la pera me señaló la luna; y yo miré para atras fingiendo no saber a que se referia....


- La Luna


- Ah


Y Se fue.




Las camareras ya no se sorprenden con nada.



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